Hombre falible: esta categoría, universal del ser humano, en economía implica que el hombre siempre padece necesidades durante su existencia espacio-temporal, satisfará algunas durante un período, que se volverán a repetir, así como satisfechas algunas durante un período, quedarán otras sin satisfacer.
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Necesidad: estado de incomodidad o insatisfacción humana.
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Escasez (E): necesidad que no se puede satisfacer.
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Acción humana: el estado de necesidad impele a la acción humana a mejorar (acción tendiente a cambiar un estado insatisfactorio por otro mejor).
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Finalidad de la acción humana: surge claro que el accionar económico tiene un fin preciso, cual es el de mejorar su estado de escasez.
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Utilidad de la acción humana: o ganancia, es la diferencia entre la posición posterior a la acción, respecto de la anterior. Destaco que la utilidad refiere a la posición exante del actuante, es decir, las expectativas de mejoras que existen previas a la acción, y ello en función a que el resultado final puede no ser el pretendido. Ver su relación con utilidad marginal.
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Medios para los fines de la acción humana: la finalidad de la acción humana implica a los medios para lograrla.
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Cosa: todo ente.
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Bien: cosa útil a las necesidades humanas.
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Bien económico (be): bien escaso, es decir, la cantidad disponible de un bien es inferior a la demandada. Se deduce que todo be implica la existencia concomitante de la escasez, origen del axioma de la demanda.
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Posesión de los bienes económicos: implica la disponibilidad de los mismos para que el ser humano pueda ejercer acción orientada a su objetivo, caso contrario no pueden ser considerados bienes económicos.
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Propiedad de los bienes económicos: implica el estado anterior a la disponibilidad de los bienes económicos, el de tener derecho a la posesión de los medios. No necesariamente se debe ser propietario de un bien económico para poder disponer del mismo, sólo hace falta el consentimiento del propietario para disponerlo.
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Valoración ordinal de los bienes económicos: es la necesidad permanente de priorizar unos bienes económicos sobre otros, conforme a las valoraciones que el ser demandante posee de los mismos. El hombre primero ordena y luego incorpora lo cardinal, es decir: primero se centra en la cualidad (características del bien económico) y luego atiende la cantidad.
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Valor de los bienes económicos: el acto de valorar (priorizar) los bienes económicos es tarea del sujeto que valora, de acuerdo con la teoría del valor subjetivo (TVS), no del objeto valorado, como sostenía la teoría del valor objetivo (TVO) clásica. Aquí es muy importante evitar el error de hablar de valor en sentido abstracto, es decir, sin referencia a un bien económico. La TVS fue superadora a la TVO, lo muestra el poder explicar porqué un bien económico vale más que otro que tiene más trabajo incorporado, el famoso caso del diamante que se encuentra con el solo esfuerzo de recogerlo, versus otros bienes económicos que implican mucho más “costo”. Es evidente que la TVO dejaba una laguna muy importante, como el de explicar el valor de las cosas.
Contra lo que se manifiesta en forma popular, la TVS es muy superadora de la TVO, entre otros aspectos por: 1) implica ubicar al hombre como el centro de la escena de los menesteres económicos, por encima del materialismo que lo rodea, y 2) implica partir de la necesidad del prójimo, es decir, le da un fundamento social a la economía, en cuanto advierte que el hombre en sociedad puede mejorar su estado de individuo aislado.
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Cantidad de los bienes económicos: un bien económico, con específica cualidad, puede existir en una unidad o en más. Esto que parece trivial, da origen nada más ni nada menos que al ente cantidad, de importancia inmediata al de cualidad. Entonces, la cantidad habla de unidades de bienes económicos de específica cualidad.
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Utilidad marginal de los bienes económicos: el valor unitario de n unidades es mayor al valor unitario de n + 1 unidades, y menor al valor unitario de n -1 unidades. En otras palabras, esta ley de la utilidad marginal es la esencia del conocimiento popular de que mayor cantidad implica menos escasez, y viceversa, operando como eje central de la teoría de la oferta y demanda de bienes económicos. Entender esto implica saber leer, y apreciar, la información que brindan los precios generados por los intercambios de bienes económicos, que veremos más adelante.
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Riqueza (W): conjunto de bienes económicos de un propietario a una fecha determinada (fecha implica stock).
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Renta (y): variación de la riqueza que, como toda variación, se produce con la existencia de tiempo (período implica flujo).
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Ahorro (S) – “Término prescindente”: atento a que se considera como tal a la renta que no se consume, es un flujo que se convierte en stock al final del período. Luego, en tanto flujo, es sinónimo de renta (y), y en tanto stock, es sinónimo de riqueza (W). En otras palabras, para la TTE con los términos riqueza y renta es científicamente suficiente. Incorporar el concepto de ahorro ha llevado a desarrollos innecesarios y/o equivocados, como el concepto de riqueza parcial sustentado por las teorías vigentes en la ecuación económica fundamental, versus la ecuación de riqueza total de la TTE.
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Bien económico presente: bien económico que existe en el momento presente del propietario.
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Bien económico futuro: bien económico que será presente en tiempo futuro del propietario.
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Oferta (O): sinónimo de riqueza, es decir, toda oferta refiere a bienes económicos, los cuales pueden ser demandados para intercambiar o para poseer en stock.
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Demanda (D): conjunto de bienes económicos necesitados por el ser humano en un período de tiempo (período implica flujo).
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Axioma de la demanda (AD): no existe be que no sea demandado, caso contrario no sería be (se suele referir a este axioma en una de las interpretaciones de la llamada Ley de Say).
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Axioma de la escasez (E = D – O > 0): para un bien económico, o conjunto de ellos, la Demanda siempre es mayor a la Oferta: D > O, o su equivalente O < D. Este axioma implica que la economía es el estudio de los máximos, no de los equilibrios, concepto con el cual se confunde el “momento” en que cesan los intercambios inter-personales de bienes económicos, porque no existe acuerdo entre demandantes y oferentes en continuarlos, por valorar más quedarse con sus respectivos stocks. De este axioma se derivan incongruentes términos como insuficiencia de la demanda y sub-consumo. Podríamos sintetizar la escasez y su axioma, así: E = D – O > O.
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Axioma de la relación biunívoca “bien económico-propietario” (BE-P): no existe bien económico sin propietario ni propietario sin bien económico. Este axioma es el que da sustento teórico a la partida doble contable, excelente modelo económico-matemático. Este axioma no es exclusivo del dinero, como pareciera emplearlo la Escuela Austriaca en cuanto tiene necesidad teórica de sostener que el dinero es siempre un stock que pertenece a alguien.
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Ecuación de riqueza total versus Y = C + I: si consideramos al S como el conjunto de los bienes económicos producidos, desde la aparición del ser humano en el universo, no consumidos (como lo trata la teoría económica vigente), concluimos que el S es igual a los activos de todos los agentes económicos. De ello se deriva: S = C + D + Bc + Cr – P + A + I. Nota: S (ahorro); C (bienes de consumo); D (disponibilidades); Bc (bienes de cambio o mercancías); Cr (créditos); P (pasivo); A (atesoramiento preventivo-especulativo); I (inversión – capital).
Es evidente que, al considerar a la sociedad como un conjunto, podemos eliminar de la ecuación precedente los componentes Cr y P por ser siempre iguales (los créditos de unos agentes son las deudas de otros), así tenemos: S = C + D + Bc + A + I.
De esta ecuación fundamental completa, surge el teorema del desequilibrio permanente.
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Teorema del desequilibrio permanente (S ≠ I): la ecuación de riqueza total nos permite deducir que el estado de la economía es de desequilibrio permanente, lo que implica que es el estudio de máximos. Es notable la diferencia de la TTE respecto al concepto de equilibrio sustentado por las teorías vigentes, ya que en lugar de S = I, por axioma (exante y expost) siempre se da la condición S ≠ I.
Y ello es así, porque en la ecuación anterior es imposible que C + D + Bc + A = 0, en cualquier tiempo y lugar, dado que estaríamos hablando de un hombre sin vida, que ni siquiera consume. Nota: el traspaso de I al primer miembro haría que S – I = C + D + Bc + A, pero si S = I (como lo sostienen las teorías del equilibrio) implica que S – I = 0.
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Tiempo económico: de la relatividad general del tiempo se deriva la relatividad especial del tiempo económico. El tiempo es el único bien económico que presenta las siguientes características exclusivas:
Relatividad especial del tiempo económico (materialización indirecta o impropia): es el único bien económico que no tiene vida por sí mismo, siempre se materializa, sí o sí, en otro bien económico presente.
Escasez “permanente” del tiempo económico: es el único bien que siempre será bien económico (precio del tiempo económico = i > 0).
Participación necesaria del tiempo económico (factor de producción necesario): la relatividad especial del tiempo económico opera también como una ratificación plena del axioma de la participación necesaria del tiempo, desde otro punto de vista se ratifican mutuamente. Este sencillo y revolucionario enfoque, que nos presenta la TTE, evita los recurrentes manoseos y contradicciones sobre la participación del interés en la conformación de todos los precios.
Es evidente la diferencia respecto a las teorías vigentes, que pretenden explicar la participación del tiempo económico desde categorías totalmente alejadas a las de la TTE — léase teoría de la preferencia temporal austriaca, teoría del interés del mercado de dinero de Keynes, teoría de la productividad física/valor, etc.
Es factible pensar que con la TTE — en especial su consideración del tiempo económico como factor de producción necesario — se cierra o sintetiza el pensamiento económico en lo concerniente a sus implicaciones en la teoría de la distribución, dando un marco científico al tema y despojándolo de toda ideología o misticismo (léase plusvalía, interés usurario, etc.).
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Interés (i): es el preco del tiempo económico. Este enfoque, muy simple que nos provee la TTE, nos permite eludir los inconsistentes e innecesarios desarrollos teóricos en torno a la teoría del interés, veamos:
Interés como precio de la moneda (dinero): la Escuela Austriaca expresó que el interés no es el precio de la moneda, es evidente que no advirtió el axioma de im ≡ pm, circunstancia que tenía vedada por las inconsistencias de su teoría del interés y de la moneda – esta última básicamente por asimilar dinero y moneda.
Keynes sí trabajó con el supuesto de que el interés es el precio de la moneda, pero al no advertir la existencia del axioma cometió dos errores de los cuales su teoría no tiene retorno: 1) generalizó el axioma im ≡ pm para la moneda sin advertir que con dinero éste no se cumple, por lo tanto tampoco sus propuestas teóricas monetarias, y 2) como él trabajó en un mundo de papel moneda el axioma tenía plena vigencia, luego su modelo basado en im ≠ pm lo llevó a tratarlas inadecuadamente como variables independientes.
Volviendo a la Escuela Austriaca se puede decir que: a) no advirtió la existencia del axioma im ≡ pm que implica la circunstancia en que el interés sí es el precio de la moneda; b) si Mises lo hubiera advertido habría reclamado aquí la vigencia de su conocida postura de la imposibilidad del cálculo en el socialismo (observación teórica nuestra mediante), y c) la discusión de Hayek con Keynes hubiera sido muy sencilla y de fácil comprensión para este último, ya que su postura es rebatida en su propio terreno terminológico y estructural. Nota: en muchos pasajes los austriacos implícitamente trataron al interés como el precio del dinero, pero no lo hicieron dentro del marco del axioma im ≡ pm (que no advirtieron), sino en el marco de las teorías de la moneda y el interés.
Materialización indirecta del interés: a diferencia de todas las demás teorías del interés, la TTE es la única que advierte sobre esta categoría exclusiva del interés, por ser precio del tiempo. Las otras teorías intentan aplicar esta categoría, en forma confusa, al dinero y/o la moneda.
Teoría de la preferencia temporal: desarrollo teórico necesario como herramienta ad hoc en teorías monetarias inconsistentes, sin entidad teórica en la TTE. La TTE demuestra la circularidad implícita en la teoría de la preferencia temporal (ver desarrollo del tema en sección “Aplicación-Opinión”, el apartado “Teoría del interés – La TTE versus la teoría de la preferencia temporal”).
Existencia del interés: las teorías vigentes condicionan (explícita o implícitamente) la existencia del interés al beneficio empresario, la productividad física o de valor,… etc. Las teorías vigentes no asignan existencia al tiempo económico como bien económico, y al interés como su precio, motivo por el cual no cumplen con el axioma bien económico-precio.
Causalidades teóricas derivadas del interés: la TTE evita las bizantinas discusiones sobre causalidad interés-precio, interés-tasa de interés, y la discusión en torno a si el interés existe, si es o no un bien económico, si es o no un precio, si es o no usura, etc. Mises llegó a expresar que “el interés no es un precio en sí”. (ver más abajo “Participación necesaria del interés”).
Positividad permanente del interés: es evidente que las teorías monetarias vigentes no advirtieron la positividad permanente de los precios, así como que el interés es el único bien económico perpetuo para el hombre, por lo tanto, por axioma i > 0.
Enfoque de la productividad física o de valor: la TTE considera innecesario, siquiera el planteo mismo, vincular la existencia del interés a productividad alguna, sea en aspectos físicos o de valor.
Enfoque de Bhöm-Bawerk, Fetter y Hausmann: la TTE no necesita tampoco de condicionante alguno, como los implícitos en el enfoque que pretende demostrar la existencia del interés en función a que no se podría explicar el valor presente de un bien de capital, como necesariamente inferior a los descontados ingresos esperados de sus futuros servicios.
Síntesis: las teorías vigentes han tratado al interés como compartiendo alternativamente las categorías de bien económico y precio, o de ninguna de las dos. Por tal motivo han deambulado en desarrollos que rozan lo místico e ideológico (plusvalía), y se han alejado del rigor científico en el tratamiento de tema tan delicado. Podríamos sintetizar que las teorías del interés vigentes no advirtieron el axioma bien económico-precio. Por todo esto, se lo trata “alternativamente” como bien económico, como precio, ni como bien económico ni precio (ente místico extra-económico), y como precio del dinero (explícita o implícitamente).
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Participación necesaria del interés: conforme al “axioma de la participación necesaria del tiempo económico” en la conformación de todos los bienes económicos, es evidente que el interés (precio del tiempo económico) forma, también necesariamente, parte de los precios de todos los bienes económicos. La TTE ratifica, a la vez que es expresión también, el axioma de la participación necesaria del tiempo económico en todo evento de cambio en la economía. Esta participación necesaria del interés en la formación de todos los precios elimina las bizantinas discusiones teóricas sobre la causalidad precio-interés, interés-precios, interés-tasa de interés, valor del capital, precio de los bienes de capital, teoría de la distribución, valor de la productividad o productividad del valor, concepto de capital como ente abstracto al sólo efecto del cálculo (Mises), etc. (ver más en: “Consecuencias de la participación…”).
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Interés monetario (im): interés materializado en moneda.
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Crédito: intercambio inter-personal de tiempo económico, por ser intercambio inter-personal de bienes económicos presentes por futuros. Para que se configure un crédito es condición necesaria la materialización inicial, es decir, sin la entrega de un bien económico presente no se configura crédito alguno — fundamento utilizado en la TTE para demostrar que el origen de la moneda-crédito, también es el mercado, no el Estado.
La TTE, en tanto considera el crédito como tiempo económico, implica su materialización indirecta también, de aquí se deduce que para que el acto del crédito se perfeccione, sea regular, es imprescindible que una de las partes intervinientes entregue, a la otra parte, un bien económico presente a cambio de que reciba, de la última, un bien económico que será presente en el futuro. Así, se advierte que el crédito, como intercambio interpersonal de tiempo económico que es, requiere doble materialización indirecta o impropia, una inicial para su existencia y otra final para su extinción.
Ahora sí podemos clasificar al crédito – conforme nos indica la TTE – en forma necesaria y adecuada como sigue:
Crédito regular: la TTE define así al crédito que en el acto de su nacimiento precisa la calidad y cantidad del bien económico futuro con que se cancelará la obligación surgida. Es decir, al momento de su nacimiento el crédito regular especifica la calidad y cantidad del bien económico presente en que se realizará la materialización indirecta final. En otras palabras, conjuntamente con la materialización indirecta inicial se especifica la final.
Crédito irregular: por oposición al anterior, la TTE define así al crédito que en el acto de su nacimiento no define con claridad la calidad y/o cantidad del bien económico futuro con que se cancelará la obligación surgida. Es decir, al momento de su nacimiento el crédito irregular no especifica la calidad y cantidad del bien económico presente en que se realizará la materialización indirecta final. En otras palabras, conjuntamente con la materialización indirecta inicial no se especifica la final.
Si usted se está preguntando sobre la posibilidad de la existencia del crédito irregular, no solo le decimos que sí, sino que su vida económica social gira en torno a él. El papel moneda (PM) que tiene en su bolsillo es crédito irregular que usted otorgó a cambio de un bien económico presente (su trabajo, por ejemplo).
Si tiene alguna duda de que el PM es un crédito irregular, lo invitamos a leer detenidamente su texto e intente determinar la calidad y cantidad del bien económico futuro con el que le cancelarán el crédito que otorgó. Porque no nos cabe duda alguna que fue un crédito el intercambio por el cual el PM llegó a su poder, usted entregó un bien económico presente para que ello aconteciera (exceptuamos el acto “considerado” cancelación de una deuda mediante PM, que para la TTE es una novación de deuda, es decir, reemplazar una deuda por otra).
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Precio del crédito: por definición de crédito, su precio es el interés. Esta cadena lógica-deductiva de la TTE nos evita las bizantinas discusiones en torno a la causalidad interés-precios, interés-capital, e interés-tasa de interés.
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Liquidez: necesidad de rápida vendibilidad a precio económico, sin pérdida significativa de valor entre el acto de la compra y la venta del bien económico que la satisface.
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Moneda: bien económico que satisface la liquidez. Es el bien de cambio de uso común (concepto que las teorías vigentes asignan solamente al dinero), que surge como consecuencia de los intercambios inter-personales. La moneda puede ser dinero o crédito, es decir, si la moneda no es dinero, es crédito, y viceversa. Se deduce que la moneda es de una categoría superior al dinero, no entenderlo así es causal de inconsistencia en todas las teorías monetarias vigentes.
En la teoría de la moneda es importante destacar diferencias sustanciales de la TTE con las vigentes, veamos una apretada síntesis:
Menger y la TTE: la teoría monetaria de la TTE completa la teoría del dinero de Menger, ya que éste refería solamente al dinero. La TTE nos habla de la teoría de la moneda, que comprende parcialmente al dinero, ya que el crédito también puede ser moneda. A su vez, mientras Menger demostró que el dinero tiene origen en el mercado, la TTE demostró (contabilidad mediante, ver libro TRE) que cuando la moneda tiene forma de crédito, también el origen es el mercado, no el Estado, como suponen las teorías vigentes. Por último, la TTE demuestra que la moneda no necesariamente debió ser primero un bien económico que luego se convirtió en moneda — el Estado lanza un “papel” que el mercado convierte en moneda con el primer intercambio —, enfoque desacertado de Menger que dio origen al teorema de la regresión de Mises.
Teorema de la regresión de Mises: la TTE demostró la inconsistencia e innecesariedad de dicho teorema.
Moneda como stock de un propietario: es el planteo de la escuela austriaca para defender su teoría monetaria, sustento innecesario, surgido de la inconsistencia de la propia teoría que la necesita, en cuanto esto hace a todos los bienes económicos dado el axioma bien económico-propietario, axioma no exclusivo del dinero en particular ni de la moneda en general.
Interés como precio de la moneda (dinero): es evidente la diferencia de la TTE, que define al interés como precio del tiempo económico, versus las teorías vigentes que en forma explícita (Keynes) o implícita (austriacos y cuantitativistas), lo consideran como precio del dinero, sin advertir que esta situación se da solamente cuando la moneda tiene forma de crédito, y por ser éste tiempo económico (intercambiado inter-personalmente).
Moneda y dinero: todas las teorías, a diferencia de la TTE, asimilan ambos conceptos por el hecho de cumplir la misma función; es como asimilar carretas y autos. Por este motivo existen tantos “agregados monetarios” (sumatoria de manzanas y peras) como gustos existan.
Poder de compra de la moneda: es lo que sustentan las teorías vigentes, cuando del poder adquisitivo o “precio” de la moneda se habla. Todo bien económico que se intercambia tiene “poder de compra”, evidenciando que la necesidad teórica de hablar de poder de compra surge ad hoc de teorías inconsistentes. La TTE no necesita tal entidad teórica.
Moneda, precios e interés: es evidente que las demás teorías no advirtieron el axioma de la equivalencia im ≡ pm > 0.
Ver más abajo, en el apartado “Origen de los intercambios inter-personales, causales de la moneda”.
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Moneda-Dinero: bien económicopresente que cumple la función de moneda (oro, plata, cereal, etc.).
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Moneda-Crédito: crédito que cumple la función de moneda, el cual puede ser regular o irregular (caso del papel moneda). La TTE muestra la inconsistencia del término sustituto monetario, en cuanto una moneda es o no es moneda. Es evidente que la necesidad ad hoc del término surge por la falta de precisión en la definición de moneda, dinero y crédito. Imprecisión que por otra parte la misma Escuela Austriaca pareció menospreciar, desobedeciendo al principio de necesariedad de precisión en los términos primitivos (reconocido por Mises, Hayek, Kirzner, y otros). Desde este infortunio en un término primitivo, surgieron desarrollos de teorías monetarias insatisfactorias (teorema de la regresión de Mises, teorías del interés, etc.). Por otro lado, el concepto de sustitutos monetarios da pie a las, más equivocadas aún, teorías keynesianas y cuantitativistas, en cuanto abre la puerta a los “agregados monetarios” (sumatoria de manzanas y peras), así como la imposibilidad de unificar términos primitivos que permitieran comparaciones epistemológicas adecuadas entre “distintas” corrientes de pensamiento, que a la luz de la TTE tienen el mismo e inconsistente fundamento teórico.
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Axioma de equivalencia im ≡ pm: con moneda-crédito siempre se cumple im ≡ pm > 0. Axioma que hace inconsistente a los modelos matemáticos que tratan al interés y los precios como entes distintos, en régimen de moneda-crédito, así como los que admiten i < 0.
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Origen de la moneda: la moneda se genera siempre en el mercado, nunca tiene origen en el Estado – sea dinero (Menger) o crédito (Bondone).
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Axioma del intercambio: toda acción humana económica implica la existencia de intercambio de bienes económicos. En otras palabras, la simple existencia del hombre falible implica trabajo, y la existencia de éste implica necesariamente la existencia de un intercambio, al menos uno intra-personal.
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Tipos de intercambios: a los fines que nos interesan aquí, sólo necesitamos la siguiente clasificación:
- Intercambios intra-personales: son los intercambios de bienes económicos que un mismo ser humano hace en el tiempo.
- Intercambios inter-personales: son los intercambios de bienes económicos entre distintos agentes.
- Intercambios inter-temporales: son los intercambios de bienes económicos en el tiempo.
Existen intercambios que combinan a los tres destacados.
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Intercambios inter-personales: en economía existen dos tipos de intercambios inter-personales, el de contado, en el que intervienen sólo bienes económicos presentes (trueque y dinero), y el de crédito, donde intervienen bienes económicos presentes y futuros.
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Origen de los intercambios inter-personales, causales de la moneda: la necesidad es causal de la eficiencia, la eficiencia es causal de la especialización, la especialización es causal de los intercambios inter-personales, y los intercambios inter-personales son causales de la moneda. Esta simple cadena deductiva, que implican los conceptos de utilidad marginal y distribución del trabajo, tiene enorme relevancia en la entidad precio monetario, que es la encargada de medir la eficiencia en economía.
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Precio (p): información que mide la escasez de un bien económico, y se expresa en las cantidades de otro bien económico por el que se intercambia. Se observan las siguientes características de esta nueva definición de precio: a) un concepto más amplio, en la medida que incluye a los distintos tipos de precios que existen, según se puede apreciar en el apartado Glosario de Conceptos en el libro Teoría de la Relatividad Económica, b) que precio implica información, c) los precios surgen de los intercambios, los cuales son acontecimientos espacio-temporales únicos e irrepetibles, d) la relatividad del precio de un bien económico en las cantidades de otro bien económico, lo que implica la no existencia de lo que se conoce como precio “absoluto”, e) la ratificación del axioma bien económico-precio, no existe precio en “sí”, y f) la consideración del precio como información para coordinar la acción humana económica en sociedad.
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Axioma “bien económico-precio” ( be-p ): no existe bien económico sin precio, ni precio que no refiera a un bien económico. Este axioma se deriva deductivamente de los conceptos intercambio y precio.
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Axioma de la positividad de los precios ( p > 0 ): por el axioma de la escasez y definición de precios, siempre p > 0, caso contrario el bien económico, al que el precio refiere, no sería tal. De la cadena deductiva que hace la TTE se deriva muy fácil que los precios refieren a bienes económicos, y por su condición de escasos no pueden adquirir valor cero o negativo. Es evidente la diferencia con las teorías vigentes que presentan desarrollos con precios negativos, generalmente al referir a precios monetarios. Este axioma ratifica los dichos populares: “todo tiene su precio” y, “no hay cena gratis” (Milton Friedman).
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Precio monetario ( pm ): precio de los bienes económicos expresados en moneda.
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Consecuencias de la participación necesaria del interés en la formación de todos los precios: además de las consecuencias expresadas anteriormente (en “participación necesaria del interés”), la participación necesaria del interés en la formación de todos los precios, junto con el axioma im ≡ pm, son condicionantes de los modelos matemáticos, no advertirlo colaboró con el desprestigio de la economía como ciencia, sumida en excesos tecnológicos (econometría) en desmedro de lo teórico que lo respalde.
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Valor actual (VA) y la ecuación de los bonos: en la TTE surge totalmente válido — con una deducción más consistente y simple que las teorías vigentes — que: Valor Actual = Valor Futuro / (1 + i)n implica simplemente, dentro de la TTE, la incidencia del tiempo en el cálculo en que éste se debe considerar como un factor o insumo. Así, la relación conocida como la ecuación de los bonos — que generalizamos como el precio de un bien que tiene el componente tiempo (futuro) —, que postula una relación inversa entre su precio presente y el interés, surge por la simple aplicación de la TTE, si un bien económico insume tiempo, se debe incorporar su participación, el interés — tan sencillo como que el precio del pan debe contemplar el precio de la harina.
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Coordinación de la información económica (simultáneamente imperfecta, dispersa y escasa): la vida en sociedad y la falibilidad humana hacen que el hombre deba manejar información económica que es simultáneamente imperfecta, dispersa y escasa. Los precios son el alma de esa información, a fin de lidiar mejor con la imperfección humana.
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Crédito al sistema financiero (bancario): los “llamados créditos del sistema financiero (bancario)”, siempre los genera (otorga) el mercado, nunca “el sistema financiero”. Veamos:
Encaje 100%: en este caso los bancos operan como simples intermediarios.
Encaje fraccionario: en este caso, los “billetes de banco” — entendiendo por tales a los cheques que operan las cuentas corrientes, o similares — son simples “papeles” que se constituyen en crédito al momento en que el mercado los intercambia por un bien económico presente. Es decir, el que realiza la materialización indirecta inicial, aportando el bien económico presente para que se configure el crédito, es el mercado. La TTE demostró, contabilidad mediante, que tanto el papel moneda como el “crédito bancario” tienen su origen en el mercado, extendiendo el concepto de Menger, que refería solamente al origen del dinero en el mercado, al de la moneda.
Surge clara la diferencia con las teorías vigentes, que postulan y analizan la actuación de las autoridades monetarias conforme “expanden o contraen” el crédito, como si el acto que convalida la existencia del crédito (aporte del bien económico presente, como materialización indirecta inicial) lo hiciera el Estado o el sistema financiero. En otras palabras, las políticas monetarias las impone el mercado, con el simple agregado de que son pocos los que se benefician especulando con los menesteres financieros (léase, analizando “activos” y “pasivos” de las hojas de balance, los “agregados monetarios”, etc.), a costa del lego en la materia.
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Banco Central: en sistemas monetarios irregulares, la independencia del Banco Central es una utopía, y en sistemas monetarios regulares es innecesario. Si bien hay más desarrollos teóricos — en los libros “Teoría de la Relatividad Económica” y “Capitalismo y Moneda”, podemos estudiar profundamente el origen del papel moneda y del crédito otorgado al sistema financiero en general y al sistema bancario en particular, cuando de sistemas financieros irregulares se trata — con lo aquí expuesto surge evidente la afirmación de este apartado.
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Teoría de los ciclos económicos: atento a la TTE, los llamados ciclos económicos, de origen monetario, están comprendidos dentro de la teoría de los intercambios inter-personales, en la medida que: a) los créditos constituyen un tipo de intercambio, b) los intercambios facilitan la eficiencia económica del hombre en sociedad, y c) se puede usar el crédito — intercambio de tiempo económico — como moneda. Así, la TTE explica en forma sencilla la expansión y contracción económica derivada de la expansión y contracción del crédito, como sucede en la esfera microeconómica, competidor que ofrece crédito expande su negocio.
Por otro lado, la TTE nos advierte que el uso de moneda-crédito irregular (papel moneda) deriva irremediablemente en, al menos, dos consecuencias inevitables: 1) inestabilidad económica, y 2) distribución no equitativa de la riqueza. Situaciones que se multiplican conforme exista sistema de encaje fraccionario.
Entre otros aspectos, la teoría de los ciclos económicos, derivada de la TTE, nos permite aseverar la inconsistencia del meneado concepto “trampa de la liquidez”, veamos:
Trampa de la liquidez: por tal se entiende la situación en la que la política monetaria (manipular los “agregados monetarios”) no produce efecto alguno en la economía (léase expandirla o contraerla; atender la desocupación, los precios; etc.).
Conforme las teorías actuales: la trampa consiste en no poder explicar realidades como esta: que de la expansión de “agregados monetarios” — que en las teorías vigentes erróneamente “implica” una expansión de la oferta de crédito — pueda devenir una contracción de la economía, así como una caída de precios monetarios (deflación).
Conforme la TTE: el análisis de dicha realidad es, 1º) que haya expansión de emisión de “agregados monetarios” (papel moneda o ampliación del sistema fraccionario) no implica que haya expansión del crédito, ya que si el mercado no realiza el intercambio de materialización inicial de dichos “papeles” por bienes económicos presentes no se produce expansión crediticia alguna. Es lo que se ha observado en los últimos años, las autoridades monetarias “llenaron” las bóvedas de las entidades financieras de dichos “papeles”, desalentando la “corrida bancaria” con dicha “muralla de retaguardia”, pero el mercado no le confirió crédito al sistema financiero; 2º) que no se haya expandido el crédito implica que por este lado no se puede esperar expansión de la economía; 3º) que el crédito en realidad haya bajado, implica que por este lado la economía se debe contraer; 4º) que los precios se mantengan constantes o bajen (deflación), está dentro del marco que la contracción o el estancamiento del crédito producen; 5º) que las tasa de interés tienda a cero es simplemente por el axioma de la equivalencia im ≡ pm en sistemas de moneda-crédito, luego la baja del nivel general de precios implica lo mismo para i — no confundir variaciones negativas de i y p con el hecho de que adquieran valores negativos, ya que ambos son precios; 6º) que la economía esté inmersa en permanente inestabilidad es consecuencia típica de un conjunto de empresas que están padeciendo el colapso de un gran deudor (sistema financiero irregular totalitario).
Es evidente que si el mercado re-comienza a otorgarle crédito al sistema financiero, es decir, transformar los “papeles” (“muralla de retaguardia”) en crédito, son de esperar los efectos contrarios.
Síntesis comparativa: surge clara la diferencia entre la sencillez de la explicación de los acontecimientos financieros de la TTE, frente al “asombro” que surge de los análisis basados en las teorías vigentes.
La explicación muy sencilla surge cuando se observa desde el lado adecuado, es decir, desde el lado del mercado que otorga crédito al sistema financiero, como lo hace la TTE, en lugar de la posición que “supone” que la expansión o contracción crediticia la origina el conjunto Estado-Sistema Financiero. Luego, una vez advertido eso, basta con sólo advertir la presencia de la ley de la oferta y la demanda referida al crédito, en cuanto opera como elemento clave para expandir o contraer los negocios.
Síntesis, la trampa está en la teoría, no existe la llamada “trampa de la liquidez”.
Nota: sobre este tema, se puede encontrar más desarrollo en los libros “Teoría de la Relatividad Económica” (La solución del equilibrio, Asimetría de Keynes, Paradoja de Keynes, Paradoja de Gibson, Paradoja de Keynes invertida, Paradoja del interés, Síndrome del deudor desconocido, etc.), en “Capitalismo y Moneda”, así como en artículos recientes en la sección “Aplicación (Opinión)” de esta página sobre la crisis iniciada en 2008 (en realidad en la década del 70 del siglo pasado).
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Teoría de la distribución: síntesis de vincular la teoría de los factores de producción — ahora completa y cerrada con la TTE que incorpora al tiempo económico —, la teoría del valor subjetivo, la teoría marginalista, la teoría de la imputación (ampliada y ratificada por el axioma bien económico-propietario), la teoría de los precios según el orden de Menger (ampliada y ratificada por el axioma bien económico-precio), más las incorporadas por la TTE. Con la TTE surgen con claridad las tres fuentes de ingresos que se deben considerar en la teoría de la distribución: salario (trabajo) – renta (capital) – interés (tiempo económico).
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Síntesis del pensamiento económico: los factores de producción son el trabajo, el capital (naturales y creados por el hombre), y el tiempo económico. Este último, incorporado como factor de producción por la TTE, configura una especie de síntesis del pensamiento económico, desde los clásicos hasta nuestros tiempos. Así, los desarrollos que incorpora la TTE nos permite consolidar la teoría de la distribución dentro del rigor científico que había desarrollado la “micro” economía, desde sus orígenes como ciencia, dejando como prescindible el desarrollo teórico macro, principalmente el acontecido durante el siglo XX.
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“… a la luz de la TTE se advierte la inconsistencia de las teorías y modelos macroeconómicos vigentes (siglo XX)… en otras palabras, la nueva TTE nos permite encarar con mayor optimismo el estudio del mundo económico real…”
Carlos A. Bondone