La inconsistencia de las teorías económicas dejó espacio al relato

¿Qué está primero, la economía o la política? Es como preguntarse ¿Qué está primero, la ley de gravedad o la política?

La decadencia Argentina, pasaje del desarrollo al subdesarrollo, alternativamente se atribuye a: la debilidad de las instituciones, la falta de educación y/o la pérdida de valores. Un adecuado análisis epistemológico nos dice que la cadena lógica de causalidades se origina en la teoría, de donde surgen los valores, los cuales se difunden con la educación, de donde surgen las instituciones: Teoría → valores → educación → instituciones. La calidad de las teorías (nivel de conocimiento) depende de que sean ideas-hipótesis corroboradas con rigor científico o meras ideologías (políticas, religiosas, etc.).

Del rigor de las ciencias duras surgió el avasallante avance tecnológico que estamos viviendo. Por otro lado, las ciencias sociales, y su principal exponente la economía, ha quedado rezagada a fines del siglo XIX con los últimos aportes realizados por Carl Menger. Como consecuencia del desequilibrio entre los dos tipos de ciencias, es que la humanidad no sabe cómo congeniar el avance económico-tecnológico con los disturbios económicos-sociales: los cuales se ponen de manifiesto con necesarias y recurrentes crisis, consecuencia de la necesidad de la naturaleza de desintoxicarse del desequilibrio entre los dos tipos de conocimiento.

Las leyes de las ciencias duras no dejan espacio a instituciones débiles atinentes a su ámbito (no existe institución contra le ley de gravedad), en cambio existen tantas instituciones sobre temas económicos como “ideas” surjan

Las leyes de las ciencias duras no dejan espacio a instituciones débiles atinentes a su ámbito (no existe institución contra le ley de gravedad), en cambio existen tantas instituciones sobre temas económicos como “ideas” surjan. La mera discusión sobre el rol “económico” del Estado y la simple expresión de “política económica”, son una muestra clara del deficiente nivel de la teoría económica (no existe “política gravitatoria”).

La grieta

La inconsistencia en la teoría económica tiene una doble manifestación: poseer una mala teoría (“izquierda”), o creer que se tiene una buena teoría cuando es inconsistente (“derecha”). El aditamento de izquierda y derecha no ha sido casual.

El fundamento de toda buena teoría es explicar la realidad, lo cual implica en primer término estudiar y comprender la naturaleza de lo que trata. Pues la economía trata de la naturaleza humana, lo cual implica conocer su esencia y el contexto que la rodea.

La naturaleza humana reconoce dos condiciones naturales: somos falibles (cometemos errores, nos equivocamos) y somos todos diferentes (ningún ser humano es igual al otro, así como el mismo ser humanos no es el mismo de ayer, hoy y mañana).

La naturaleza humana reconoce dos condiciones naturales: somos falibles (cometemos errores, nos equivocamos) y somos todos diferentes

El ser falibles nos hace padecer los temas económicos (cosas que valoramos por sernos útiles y escasas), y el ser diferentes nos permite superar la escasez.

En economía valen estas expresiones populares: “de cada uno de acuerdo a su capacidad (por ser diferentes) para cada uno de acuerdo a su necesidad (por padecer escasez)”, “nos salvamos entre todos”, “todos para uno y uno para todos”… Expresiones que están totalmente en línea con lo que debe demostrar la teoría económica, lo extraño es que sea patrimonio cultural de la izquierda, ello es consecuencia de que la derecha no ha desarrollado teoría económica con el rigor científico adecuado como para que de sus leyes surjan instituciones consistentes (todo se resume al positivismo de los datos).

Así llegamos a identificar el origen de la grieta económica social entre la izquierda (calificados de “ignorantes” por los partidarios de la derecha) y la derecha (calificados de “soberbios” por los partidarios de la izquierda). Surge con claridad que la grieta tiene origen teórico, en algunos países se hace mayor abuso de ella (Argentina) que en otros (mundo desarrollado). Así, inevitablemente la grieta se manifiesta en el terreno de los sentimientos (odio, envidia, etc.) dado que no existe el razonamiento adecuado (ciencia) que los gobierne.

Izquierda: su fundamento es la igualdad. Luego, surge que el único método de lograr el objetivo de la izquierda es instrumentar todo aquello atinente a doblegar la naturaleza humana de ser diferentes, ergo su método es el autoritarismo.

Su origen teórico está en la teoría del bienestar (redistribución de riqueza) pigouniana: “dado que la riqueza tiene mayor valor relativo en manos de un pobre que en las de un rico, la sociedad se beneficia redistribuyendo riqueza del rico al pobre” (Robin Hood).

Derecha: rechaza la teoría de la redistribución igualitaria pigouniana, pero lo hace desde datos que no surgen como corroboración de una sólida teoría que explique y sustente su origen. Su falta de consistencia surge como consecuencia de aceptar también que la economía se explica con los precios (oferta y demanda), en lugar de valores (que son los que dan origen a los precios). La “mano invisible” (Adam Smith) y el orden espontáneo del conocimiento disperso (Friedrich Hayek), no fueron fundamentados con suficiente rigor científico (reconocido por Hayek).

La brecha está entre relatos y configura la esclavitud del siglo XXI: pérdida de la libertad en manos de teorías fallidas

La inconsistencia de las teorías económicas dejó espacio al relato (político, religioso, ético, moral, etc.) como origen de las instituciones. Así, la brecha está entre relatos y configura la esclavitud del siglo XXI: pérdida de la libertad en manos de teorías fallidas.

Ciencia mata relato

La Teoría Económica Subjetiva Solidaria (TESS – 4ª edición), demuestra con rigor científico que la riqueza se distribuye conforme las simultáneas acciones humanas de generar, ahorrar, intercambiar y destruir recursos. Acciones humanas que están guiadas por la utilidad (valor: Carl Menger finales del siglo XIX) que el ser humano le asigna a los bienes económicos, no por los precios (oferta y demanda marshallianos vigentes), ni los costos.

De esta forma la TESS demuestra la inconsistencia de la teoría de la distribución de riqueza vigente, consignando además que: la riqueza surge conforme la utilidad de generarla es superior a la utilidad de destruirla, no conforme a comparar los valores relativos que le asigna el pobre y el rico (origen de las “políticas de redistribución”).

La nueva teoría de la distribución de la riqueza de TESS demuestra que la evolución económica natural es del orden del 2%. Lo cual se ve corroborado con el crecimiento de los países desarrollados a esa tasa anual en los últimos 150 años.

De allí se deduce:

1) Un país es subdesarrollado por no respetar el orden económico natural, lo que equivale a decir que tiene instituciones surgidas de inconsistentes teorías, que con matices adoptaron todas las corrientes políticas; y

2) La evolución económica de un país pobre puede ser a “tasas chinas”. Ese ha sido el secreto de la pobre China, que hoy es más capitalista que los capitalistas (no hay derecho a huelga).

La solución no está en los pactos políticos, sino en adoptar el conocimiento científico, con rango constitucional, para generar las instituciones.

El creciente desprestigio de la política (revueltas sociales) surge de la inconsistencia del conocimiento económico que guía las “políticas económicas”. Muestra de ello son las crisis generalizadas actuales donde pierden elecciones gobiernos exitosos con la pandemia, la economía, al margen de sus ideologías: Ciencia mata grieta.

No es deshonra no saber, cuando se tiene la virtud de querer aprender.